viernes, 11 de marzo de 2005

El Recuerdo de Atocha

Todavía recuerdo la extraña sensación entre confusión, amargura e impotencia que me generó la noticia de los atentados en Madrid hace ya un año, todavía recuerdo las escenas de espanto y las vistas aereas de los vagones destrozados. Es que Madrid es como acá a la vuelta, España es como si fuera la casa de al lado, el lazo con el pueblo español es demasiado importante como para no sentir, en lo más profundo del ser, una tragedia de esta magnitud.
Luego vino la execrable conducta del gobierno español al tratar de disfrazar la verdad de lo que había pasado, solo por una especulación electoral. Afortunadamente el pueblo español reccionó ante el engaño y lo castigó en las urnas (la gran arma del pueblo en democracia).
Amarga lección tuvo que sufrir el pueblo español, amarga lección de la que debemos aprender todos, el apoyo incondicional al imperialismo no es cosa nuestra, no somos beneficiarios de sus bondades pero somos los primeros en recibir los castigos, nuestra moral debería ser distinta a la de ellos, no deberíamos colaborar en el avasallamiento de un pueblo, no deberíamos colaborar con quienes se escudan en la defensa de derechos democráticos para asesinar a inocentes con el único real objetivo de explotarlos económicamente. el año pasado posteaba sobre el tema de las "mentiras" de Rumsfeld, estas mentiras no solo fueron de Rumsfeld sino también de otros actores de la "comedia", lamentablemente de un español también. Hoy, otros pueblos, sufren el secuestro y asesinato de su gente, están sufriendo también por esas pérdidas, hoy, se desnudan algunas tramas para tratar de silenciar la prensa por parte de los invasores.
Ante todo esto surge el recuerdo de Atocha, el homenaje que merece esa gente que murió sin saber lo que pasaba. La vida debe darse por razones justas, nunca por sueños trasnochados de poder ni ambiciones desmedidas. Que triste es que un pueblo nos considere culpables de su desgracia y sus elementos más extremos busquen castigarnos de manera tan cruel y, el pueblo español ha dado muestras, a lo largo de su historia, de que no es su vocación ser victimario de nadie.
Al pueblo español, desde el extremo norte de Argentina vaya un abrazo solidario en este momento de dolor y sean estas palabras un aliento para avanzar en la senda de paz que nunca deberían haber abandonado.

1 Comment:

Roberto Iza Valdés dijo...
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